viernes, 2 de marzo de 2012

comentario sobre el vídeo de Ken Robinson



Empieza hablando de una segunda crisis climática tan urgente como la primera, que no se refiere a los recursos naturales, sino a los recursos humanos, debido al pobre uso que hacemos de nuestros talentos.

Hay muchas personas que simplemente dejan pasar la vida. No disfrutan con ella, no disfrutan con lo que hacen, simplemente esperan que llegue mañana, y mañana que llegue pasado, y así siempre. Luego hay una minoría de personas que aman lo que hacen y que no se imaginan haciendo otra cosa, forma parte de su ser, de su persona.

Yo espero poder ser de este reducido grupo de privilegiados, porque hoy día no me imagino haciendo otra cosa que no sea estar en un colegio y, sinceramente, creo que la vida no merece la pena si no la vives así, disfrutando de lo que te gusta. Además, pertenecer al otro grupo de personas implicaría que no sólo yo viviría odiando lo que hago, sino que los demás también lo odiarían y en una profesión como la educación, no te puedes permitir ser la causa de que alguien odie aprender, porque te convertirías indirectamente, en una gran piedra en su camino en la que tropezaría constantemente.

Hay diferentes explicaciones para esto. La principal es la educación, que en la mayoría de casos, aleja a la gente de sus talentos naturales (como ya vimos en el video anterior de Ken Robinson con el tema de que en la escuela se fomentan unas asignaturas y unos tipos de enseñanzas y se pierden otros). La educación tiene que crear las circunstancias para que los niños puedan desarrollar estos talentos por sí mismos, pero por lo general, no es así.

Las reformas educativas actualmente no tienen sentido, porque están reformando un modelo que no vale. “No necesitamos una evolución de la educación, sino una revolución”; hay que cambiarla completamente, transformarla.

Uno de los principales cambios que se tienen que producir es la innovación educativa, que es muy difícil porque significa hacer cosas, trabajar por cambiar lo que ya damos por hecho. Hay que cambiar la mentalidad de “no se pueden hacer de otra manera porque así es como deben hacerse”… Se nos presentan situaciones nuevas y por tanto, tenemos que actuar de forma nueva, pensar de forma nueva. (Es lo que tantas veces hemos repetido en clase sobre enseñar a los niños el futuro con herramientas de pasado).

“Debemos desencantarnos” con lo que damos por sentado. Muchos de nuestros pensamientos se crearon para hacer frente a situaciones pasadas, no para las circunstancias actuales, que son distintas, nuevas… por tanto, hay que innovar, cambiar. Como con el ejemplo que pone del reloj, seguimos usando muchas cosas inútiles por el mero hecho de que ha sido así siempre, pero eso no quiere decir que no haya cosas mejores.

¿Por qué en algunas ciencias nunca dejan de plantearse cómo cambiar para hacerlo aunque solo sea un poquito mejor, y en cambio, una ciencia tan importante como la educación, se empeña en seguir con herramientas (y con herramientas me refiero tanto al sistema, como a los métodos, los profesores…) obsoletas y que no funcionan? Yo, personalmente, preferiría que se me pudriese la boca antes que ir al dentista en las condiciones que tantas veces me ha contado mi madre que tuvo que experimentar ella y que tanto miedo le producen ahora. De la misma manera, muchas personas prefieren “pudrir” su cerebro antes que llenarlo de cosas que les van a producir aburrimiento, desmotivación…

Una de las ideas que tenemos tan arraigadas en educación es la linealidad. La vida no es lineal, es orgánica, se crea en simbiosis unos con otros y con las circunstancias y el entorno que nos rodean. Pero aún así estamos obsesionados con seguir una línea, terminar en la universidad… (Aunque es cierto que cada día las diferentes formaciones son más entendidas y aceptadas por los jóvenes, los adultos siguen teniendo la idea fija en la cabeza de que no eres nadie si no vas a la universidad, que tu futuro no puede ser bueno si nos has pasado por ella; Para ellos, los módulos, las formaciones profesionales, etc., no son opciones que se puedan ni tan solo plantear). Las comunidades humanas dependen de la diversidad de talentos, no de la actual concepción única de la capacidad y de la inteligencia. Es muy importante reconstruir estos conceptos. Hay capacidades muy distintas y formas muy diversas de usar la inteligencia. De igual modo, llegar a la universidad o a las metas que actualmente se plantean como necesarias, no implican grandes aptitudes o inteligencia. Alguien “tonto” en cierta rama de conocimientos, puede llegar perfectamente a la universidad a base de “machacar” la materia (aunque eso no le sirva para nada).

Otro gran problema es la conformidad. Los sistemas educativos están basados en modelos estandarizados y no se adaptan a las circunstancias particulares de los alumnos y esto está empobreciéndonos. El ser humano es completamente diverso, todos tenemos aptitudes diferentes. Aunque a todos se nos dé lo mismo en el mismo momento, no somos iguales y no reaccionamos de la misma manera. Por eso, no podemos conformarnos con lo que se nos da, hay que buscar nuestra mejora.

Cuando hacemos las cosas porque nos gustan, con pasión, entusiasmo, interés… somos buenísimos en ello. El tiempo que tardemos en conseguirlo cambia completamente; deja de medirse con el tiempo del reloj; la medida del tiempo deja de importar porque si te gusta, el tiempo pasa rápidamente, mientras que si no te gusta, se eterniza. Esta es una de las principales causas de abandono escolar, que no responden a las necesidades de los alumnos, que no  sacian sus inquietudes, sino que les imponen otras que a ellos no les interesan nada.

Como ejemplifica Robinson, tenemos que pasar de un modelo de educación mecánico a uno de agricultura, que reconozca el florecimiento humano, que es un proceso orgánico y que no se puede predecir ni preestablecer su desarrollo ni sus metas. Lo único que puedes hacer es crear las condiciones para que ellos maduren.

La solución es la personalización de la educación, un modelo que responda a las circunstancias del momento, que dé respuestas para el futuro. Las tecnologías combinadas con el buen funcionamiento y actuación de los profesores, son una gran oportunidad para revolucionar la educación.

A modo de conclusión sobre el vídeo y un poco como opinión-reflexión personal, sólo me queda decir que nada de lo que se dice en este vídeo es nuevo. Llevamos ya casi dos años escuchándolo de mil formas distintas. Ahora queda ser realmente consciente de lo que significa y, especialmente, saber llevarlo a la práctica.

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