jueves, 15 de marzo de 2012

charla 4

Innovar, una ilusión en equipo.

Dori Oliver es la directora del colegio Gabriel Miró de Alicante. Tiene unos 12 años de experiencia en equipos directivos.

Vino con el propósito de enseñarnos a poner los pies en el suelo y que viéramos las cosas buenas y malas que nos íbamos a encontrar en un centro y cómo podíamos ayudar a innovar. Hizo mucho hincapié en que innovar no es sólo en tecnología (eso es sólo una parte), sino sobre todo en ideas.

Empezó haciéndonos unas preguntas para ver primero nuestras ideas y a partir de ellas empezar y enfocar la charla de una forma u otra. Las conclusiones que obtuvimos de nuestras respuestas fueron más o menos:

1º) La creatividad es la base para innovar. Si no intentas crear algo nuevo, no puedes innovar.

2º) Lo que nos asusta al enfrentarnos a la hora de trabajar es no hacerlo bien, no saber aplicar todo lo que hemos aprendido…

3º) Lo que realmente hace que se innove en un centro son todas las ideas en conjunto. Lo de uno sólo, sirve para una única parcela. Cuando juntamos las ideas de todos tenemos las suficientes ideas como para llevarlas a la práctica. Si no somos capaces de crear un equipo para que todo pueda fluir, no vamos a conseguir nada.

4º) La figura del director de un centro no es lo que hace que funcione, sino que es la máquina que va a hacer que todo el conjunto funcione.

Por tanto, haciendo honor al título de la charla, innovar es una ilusión en quipo. Si no nos juntamos para hacer algo, lo que hagamos de forma individual puede ser maravilloso, pero no se queda más que en una sola faceta, llegará a muy poquitos y lo que pretendemos es que sea toda la comunidad educativa la que se beneficie de las cosas.

Esto no es nuevo para nosotros; ya lo hemos visto en muchos otros sitios; cuando estuvimos hablando de la formación permanente y visitamos diferentes páginas que ofrecían formación y recursos, una de las condiciones era que los recursos que tú crearas para aprender, se los cedieras a la página para que todos pudiesen aprovecharla.

Si queremos innovar, necesitamos el jarabe que lo cura todo; la ilusión. Sin ilusión pocas cosas se pueden hacer. Pero esa ilusión no solo tienes que tenerla tú, sino que tienes que transmitírsela a tu equipo. Es una labor de quipo: “con manos diferentes vamos a formar ese quipo que va a llevar a cabo las cosas”. Yo tengo que innovar permanentemente, pero si no consigo que los que están a mi alrededor sean innovadores y tengan ganas de hacer cosas nuevas, vamos a conseguir muy poco. Innovar significa hacer algo nuevo y novedoso, pero siempre encaminado a mejorar algo. Los profesores tenemos que pretender mejorar el día a día de los niños.

Yo pienso que es muy importante saber transmitir esa ilusión, casi tanto como innovar, porque si se va a intentar innovar y los profesores, los alumnos… lo van a hacer como un deber, como una losa, algo “que hay que hacer”, es preferible no hacerlo. Hay que contagiar “ese gusanillo” y esas ganas para que entre todos se pueda lograr. Por mucho que alguien tire de un carro, éste no va a andar si no tiene ruedas.

Me encantó el símil sobre la innovación, que tiene que hacerse de forma parecida a las olas de la playa. Es algo que no para, no es algo brusco que rompe lo que había, sino que va llevando con tranquilidad y sin parar, cosas que van modificando la playa sin que apenas nos demos cuenta.

Por eso, ella intentó, poco a poco, romper la dinámica de que cada profesor viviese en su aula y que las cosas se compartieran con toda la comunidad educativa. Al principio cuesta porque es más fácil seguir con lo que conoces que enfrentarse al miedo de lo desconocido, pero al final, todos terminan, en mayor o menor forma, participando e incorporándose a estos proyectos.

Lo primero que hizo Dori cuando llegó a la dirección del centro fue plantearse quién era ella, qué quería conseguir, y que ella tenía que ser la primera  y la última para todo. No puede pedirle a alguien cosas que ella misma no haga, pero también tiene que hacerse un poco para atrás para dejar que los demás caminen; no puedes darle todo hecho porque mermas su creatividad y termina siendo una imposición.

Ya nos han explicado en varias de las charlas que, a la hora de innovar, algo muy importante que hay que hacer antes de ponerse “manos a la obra”, es hacerse muchas preguntas y plantearse las cosas, saber qué quieres exactamente y cuál es la mejor forma de conseguirlo.

A la hora de plantearse qué proyectos quería llevar a la práctica, también tuvo que analizar ciertas cosas, ciertos recursos, como:

  • La realidad del centro, porque no puedes hacer cosas sin contar con esa realidad. No puedes celebrar un festival en un salón de actos si no tienes salón de actos. Tienes que ser realista.
  • La riqueza humana; nos explicó que un centro todos tienen su importancia y todos valen igual, desde la limpiadora hasta la dirección. Si no creas una comunidad educativa en la que todo el mundo se sienta integrado y donde todos se sientan que son importantes dentro de su parcela, es muy difícil hacer cosas con un objetivo común y con la participación de todos.
  • El alumnado. Tienes que saber cómo va a responder ante las propuestas.
  • Colaboración familiar. El trato con los padres es muy directo, especialmente en la etapa de infantil. Los padres tienen necesidad de comunicación con los profesores. En esta relación, la forma de comunicar las cosas es muy importante; nunca hay que usar un no lo sé, ni hablar de forma negativa. Hay que hablar de forma que obtengan una explicación lógica y los padres se queden tranquilos. La autoridad de un profesor no se la puede saltar un director, por muy director que sea, algo que me parece muy importante recalcar. Hay que seguir un protocolo en las situaciones de comunicación con los padres.
  • Los recursos externos. Hay que buscar mucho y llamar a todas las puertas posibles. Hay que buscar recursos y sacarlos de cualquier parte.


Pero un director, para poder llevar a la práctica todas sus ideas, necesita el respaldo de un buen quipo, porque no puede hacer las cosas individualmente, primero porque no puede cargar con ese peso él sólo y, segundo, porque se estaría contradiciendo con el espíritu de compañerismo que hemos dicho que debe acompañar a la innovación.

Un buen equipo en el sentido de que sea un quipo que de confianza de que están ahí para servir a la comunidad; que tengan planteamientos comunes, pero también diferentes para tener muchos puntos de vista y alguien que te refrene y te diga los fallos y las carencias de tus propuestas para ver si realmente se pueden llevar a la práctica, (esto lo vimos en una clase con Alicia, ¿os acordáis?); tiene que ser representativo; dinámico, agilizar las cosas; tienen que estar ilusionado y ser ilusionante, que transmita esa ilusión a los demás; y sobre todo tienen que ser personas responsables.

En el Gabriel Miró cada año se plantean un proyecto nuevo. Lo proyectos tienen cinco puntos importantes para poder llevarlos a cabo. Para crear algo nuevo, lo primero es querer, tener esa ilusión y ese motor de querer innovar, pero me tengo que plantear si puedo, por lo tanto me tengo que plantear todos los recursos que hemos dicho antes (el espacio, las personas, los alumnos…), ¿es viable el proyecto? Luego tenemos que saber hacerlo, por lo tanto tenemos que formarnos y prepararnos para hacerlo y buscar la información de donde sea necesaria. Una vez que sepamos llevarlo a la práctica, hay que crearlo, pero para eso hay que organizarse, porque no lo puede crear una sola persona y luego darlo; si no se hace en conjunto y organizados, no se vivencia y no sirve para nada. Por último, es muy importante legarlo; si no lo compartes, si no sirve para que lo usen otros, es un esfuerzo inútil. Tiene que tener una finalidad común.

La base para cualquier proyecto innovador son la motivación y la positividad, por muy desastroso que pueda parecernos. “Todo lo que dependa de nosotros tiene que seguir adelante, y el resto, ya llegará; y cuando llegue, nosotros ya habremos avanzado camino”. Tienes que levantarte todos los días con esa ilusión y con esas ganas. Hay que tener muy en cuenta los pequeños logros para mirar siempre en positivo. Hay que tener mucho cuidado con el estrés. De vez en cuando hay que parar porque si estás con muchas cosas a la vez, no puedes atender bien a cada cosa. Hay que aprender a tener varios frentes abiertos pero hacerles cara de uno en uno; sin prisa pero sin pausa. Eliminar la negatividad. Lo más importante es la sonrisa.

Cuando ya tenemos el quipo, queremos hacer un proyecto y lo he dotado de positividad para poder llevarlo a la práctica, ahora tengo que hacer que todo el centro sea mi equipo para que podamos llevarlo a cabo todos juntos. “El centro como un equipo”:

-  El centro como un equipo total.
- Sumar esfuerzos. Sin la suma de estos esfuerzos no lo vamos a conseguir.
- Permitir desarrollos personales. Si doy las ideas ya elaboradas no permito que nadie pueda añadir cosas que van a ser muy importantes. Volvemos a que hay que ser el primero y el último.
- Compartir, no repartir. No se trata de que cada uno haga un trozo y luego lo juntemos, porque así no hemos participado de las cosas de los otros, pero sí que hay que organizarse para que uno no lo tenga que hacer todo, sino que lo que cada uno hace, sirva.
- Respetar la diversidad y las diferencias. No puedo pretender que en un proyecto todos se impliquen de la misma manera y que participen igual.
- Cooperación y respeto. Si todos cooperamos y nos respetamos es más fácil que el proyecto salga adelante.
-  Aprovechar las potencialidades, incluso las negativas. A todos vas a poder darles algo que hacer para aprovechar esas potencialidades.
- Hacerlos participes. Ver de qué manera para que se sientan útiles.
- Integrar. Integrar a todos los miembros de la comunidad. Todos tienen que saber que son importantes.


Pero si yo quiero que el centro se considere un quipo, tiene que tener “un fin común”:
  •           Trabajar para un objetivo común, con procedimientos y metodología común. Si todos los años buscamos un proyecto común, nuestro, hacemos que toda la comunidad educativa se una.
  •           No es trabajar con, junto y para.
  •           Sentir el objetivo común.
  •           Implicar a toda la comunidad.
  •           Dar directrices, borradores; facilitar, pero permitir iniciativas y creatividad.

Cuando ya tengo mi quipo, un proyecto, quiero hacer cosas, estoy implicando a todos… lo más importante para que pueda fluir y se pueda llegar a esa cooperación es la comunicación, acompañada con armonía y con respeto.  Hay que ganarse la atención de la gente dándoles algo que les interese. Además hay que aprender de las cosas que no funcionan, no podemos estar repitiendo los errores una y otra vez. Escuchar siempre antes de actuar.  No tomar nunca una decisión inmediata porque es muy probable equivocarse; cuando las cosas se dejan reposar se ven con otra perspectiva. Es muy importante oír varias versiones distintas porque eso te da una visión más amplia y concreta de la realidad. Hay que prepararse lo que queremos comunicar, y hacerlo siempre en positivo; las cosas dichas de forma positiva predisponen de forma positiva a las personas. Conocer el valor de las palabras es muy importante; una palabra puede hacer mucho daño, además los niños son muy influenciables y no se pueden decir delante suyo cosas negativas; hay que hacerle ver cualquier pequeño progreso. Hay que enjuiciar a las tareas, no a las personas; cuando algo no sale bien, se enjuicia la acción, la cuestión laboral, no la persona; preguntarse qué ha salido mal, no quién. Tener interés por cada alumno, que todos se sientan parte de lo que estamos queriendo hacer. Y buscar alternativas y soluciones; que no nos centremos en los problemas, sino que nos esforcemos por buscar la solución. “No tener la angustia del problema, sino la esperanza de la solución”.

Como ya tenemos un quipo y un objetivo común, vamos a hacer que todos se sientan necesarios. Hacerles ver que todo lo que aportan es importante y se tiene en cuenta. Para ellos hay que darle mucha importancia a las reuniones de coordinación pedagógica y de los ciclos y a los organigramas, donde se encuentran desde las cocineras y limpiadoras hasta la junta directiva. “Proponer cosas, darlas para que se debatan, consensuar, decidir y organizar cómo llevarlo a cabo”.

La formación permanente de los profesores es muy importante y  aquí el papel del director es fundamental como motor impulsor, para que esto se lleve a cabo e intentar potenciar dentro del propio centro diversos cursos. Los proyectos de formación en centro son garantía de renovación porque los profesores van a aprender cosas nuevas que los van a ayudar a innovar y además va a hacer que se produzcan muchos momentos de unión y de participación. Las críticas tienen que ser constructivas, es muy importante hacer auto críticas.

A modo de conclusión, podría decir muchas cosas, pero sólo serviría para repetir lo que ya ha dicho Dori. Todo está escrito de forma narrativa, contando “lo que ella dijo”, pero porque fue ella quien dio la charla, y por tanto, quien nos hizo pensar en todo ello, pero ciertamente, pienso como ella en la mayoría (si no en todos) de los aspectos y es por eso por lo que no añado más opinión mía.

Me ha gustado que nos haya hecho ver que la innovación no es sólo usar ordenadores, a pesar de que son centro piloto de página web y centro piloto de ordenadores táctiles en las aulas de infantil; también me ha gustado mucho que le haya dado tanta importancia a la ilusión, a la sonrisa, a la amabilidad, al trabajo en equipo… emociones tan humanas y que desmitifican que los directores no están al mismo nivel que los profesores, que no piensan en ellos, y que le dan una calidez especial al centro y al grupo que trabaja en él.

En cambio, no me ha gustado que se haya centrado tanto en la dirección porque nos hubiese venido mejor una experiencia más cercana a la nuestra cuando salgamos para trabajar, que no será esa, claramente. Pero como en la vida todo es mejorar y seguir hacia delante, no nos ha venido mal porque muchas cosas se pueden extrapolar a nuestros grupos de trabajo, al grupo del aula… etc, y para cuando algún día cuando seamos directoras, nos acordemos de todo lo que nos ha enseñado aquí, que me parece muy importante.

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